Ayer os lo dije. ¿Que mejor prueba de resistencia de nuestros pisones que ponerle un tractor encima? Aprovechando que la viña de los abuelos necesitaba un repaso tras las últimas lluvias en La Manchuela albaceteña, hoy he arrancado el EBRO 160 para cumplir con la doble función planeada. La prueba ha sido documentada con 6 fotografías del siguiente modo:
Fotos de la colocación de los dos prototipos ante las ruedas motrices.

Nótese el detalle de los arados. Mas peso.
Momento de máxima tensión y expectación.
... y tras 35 minutos de almuerzo, este es el resultado:
Sin inmutarse han aguantado el peso. Cero deformación.
Ahora nos queda pulir algún pequeño detalle estético y galvanizarlo o pintarlo según petición. Precios finales en breve y al campo, a disfrutarlo.
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