Hola amigos. Este verano está resultando especialmente atípico para los Cucos. Esperamos que para Agosto podamos realizar alguna de las habituales salidas al campo y poner en el aire una de nuestras antenas. Lo cierto es que entre trabajos de encargo y algunas pruebas que estamos llevando a cabo en el taller, las semanas pasan y cuando queramos darnos cuenta, estaremos en IberRadio.
Hace unos días os mostramos una modificación realizada a uno de los dipolos, a petición de su dueño. Esta operación nos dio pié a seguir destripando otra de las antenas y os vamos a contar alguna curiosidad técnica sobre los materiales que utilizamos. Recuerdo un correo llegado hace unos años al blog que nos interrogaba sobre la misteriosa fórmula del líquido aislante que ponemos en los botes de las bazooka. En aquella ocasión y para dar solución a la cuestión, al menos en parte, ofrecimos al colega varias posibilidades que están en el mercado y que reunen las condiciones del nuestro. Sin duda y si queremos hacernos nuestra propia antena durante las vacaciones y que nos funcione, cualquier componente aislante y resistente nos valdrá, teniendo mas exigencia si además buscamos una solución a largo plazo.
Mucha atención a las condiciones climáticas de nuestra instalación. Si va a estar en ambiente húmedo o seco tendremos unos condicionantes concretos y exclusivos del medio. A veces nos preguntan como hacer estanco el bote central y quizá haya que plantearse un método que impida la condensación, antes que nada. Alguien utilizó silicona sin pensar en su capacidad para atraer y fijar humedad en el espacio que queda. En cualquier caso, aislar eléctricamente y ser capaz de aglutinar las conexiones internas será lo mas importante, posteriormente nos marcaremos otros objetivos como la resistencia a la tracción mecánica o a variaciones de temperatura extrema.
Desde hace años, los Cucos usamos un bicomponente químico que reacciona produciendo altas temperaturas hasta el punto que expulsa las burbujas de aire y solidifica con un punto elástico que permite se adapte al contenedor, el bote de aluminio, ocupando todos los espacios internos por muy pequeños que sean. Aun con temperaturas bajo cero o cuando superan los 60º Centígrados, el compuesto permanece inalterable. Solo cuando se le fuerza a superar los 85 grados en su interior, el compuesto cristaliza, permitiendo su retirada con herramientas, siguiendo en su estado inalterable mientras no sea manipulado con tal fin.
A continuación verás como queda cuando se pretende llegar a las conexiones y se le somete a esa temperatura superior a los 85grados durante un par de minutos.
Que no te engañe el ojo. A pesar de la tranformación por efecto del calor inducido, sigue siendo muy laborioso descamar la goma y extraerla.
¡Prueba superada! El componente ha aguantado seis años, desde que se introdujo en el bote y solo hemos podido sacarlo deteriorándolo con calor a alta temperatura.