Nos llega una interesante cuestión de un lector del blog que quiere conozcamos su experiencia con un afamado dipolo americano. Aunque se le ha contestado por vía directa, creemos que no está de mas recordar algunas cuestiones que nos pueden evitar sustos, como mínimo y desastres importantes en equipos, en el peor de los casos.
A los Cucos siempre nos ha gustado diferenciar entre material ocasional, del que utilizamos en salidas campestres, con motivo de vacaciones y el que ha de estar doce meses a la intemperie de manera continuada y soportando los rigores del clima local. No será lo mismo el material de construcción de un dipolo si lo voy a colgar el domingo de una caña de fibra de vidrio y con la Yaesu 817, que no me dará mas de 5W. Otra característica, en ese caso, será que pese poco, ocupe menos y no tenga complicados ajustes. Bien distinto es cuando pretendo hacer radio desde una situación estable con potencias altas y sin interés en montar y desmontar. Sin embargo y en cualquiera de las dos situaciones, quiero una antena robusta, que aguante la posición estática y perenne o el ajetreo del montaje-desmontaje. Mucho ojo a este aspecto, ya han sido muchas las experiencias que nos habéis hecho llegar contándonos que no todo es oro y pese a desembolsar importantes cantidades en costosos dipolos, luego fallan mecánicamente.
¿Que ocurre cuando la bazooka no ha sido convenientemente protegida en su parte mas delicada? ¿Que cual es?
Puede ser el punto de ajuste en los extremos de las ramas, el empalme de coaxial con la cinta plana o con el hilo eléctrico o con los extremos multifilares...
No. En este caso es el bote de conexión y cuelgue de la antena (que no es un balum).
Imagina un espacio diminuto que permite el transito de aire a una cámara interior con terminales de cobre, estaño y aluminio. Colgado a seis metros, a la intemperie, sufre temperaturas tan dispares entre el día y la noche, el invierno y el verano, que forma un microclima interior donde el aire puede o no circular libremente. Sin embargo las moléculas de agua formadas por la humedad interior y la condensación no consiguen salir, pues no hay evaporación ni variaciones de presión bruscas y significativas como para facilitar el intercambio de gases en uno y otro sentido.
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Este es el modelo comercial en cuestión. |
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Detalle de los orificios de salida de ese dipolo. |
En la fotografía superior se ve muy bien el espacio circundante al cable que nos hace pensar en un interior hueco.
Habrá quien piense que así es mejor... No compartimos la opinión. La experiencia nos enseña que eliminar espacio es sinónimo de ahorrarnos problemas, la ausencia de orificios que permitan entrada de aire, también.
Pero, la Bazooka Cuco tiene un orificio, que no se ve. Siiii, pero es para la salida del aire en el proceso de estanqueidad que utilizamos. Claarooo.
En serio, otra vez. Es VITAL eliminar espacios con aire dentro de esta zona tan sensible o en los "botes" pequeños de conexión entre coaxial y puntas de cable eléctrico. ¡De verdad!
¿Y con que lo rellenamos?
Pues con algún tipo de componente hidrófugo, flexible, resistente, aislante. No queda bonito, pero es Super efectivo. Y no lo quitamos cuando rebosa buscando orificios diminutos porque al salir arrastra las burbujas de aire que pudieran quedar y no hayan desaparecido durante el proceso de fraguado interno. Si, porque nuestro bicomponente (secreto) reacciona produciendo una altísima temperatura interna que quema y utiliza el oxígeno atrapado para acelerar el proceso de estanqueidad.
No lo dudes, si te vas a construir tu antena, ten en cuenta todo lo anterior. A las empresas les soplamos este truco y a todos, por favor: ¡PROHIBIDA la silicona!
73. Esperamos tus dudas y... pedidos.
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