¿ Es posible? ¿De verdad?
Me temo que si. No es la primera experiencia de este tipo, aunque no dejamos de sorprendernos. Un coaxial tirante, como si de un viento mas se tratara, sujetando nuestra torre o mástil puede ser una prefecta cuerda de guitarra o violín, a la espera de una mano o un arco que interprete una horrible pieza musical que nos traerá de cabeza.
De esta modo figurado, me gustaría que comprendieras lo delicado de no tener la instalación como te recomendamos. El paso del aire provoca micro-vibraciones, sin mas consecuencias salvo que sean fuertes. El problema es que se trata de un fenómeno invisible en un primer momento. Sus efectos en la mayoría de los casos no pasa de un zumbido que puede o no ser advertido, sin problema mientras los vecinos no lo sufran. El dolor de cabeza nos llegará cuando, por desgracia, tenga consecuencias mecánicas en nuestra antena, casi siempre con influencia en su funcionamiento. Hemos tenido la oportunidad de comprobar como se desintegra una consistente unión entre coaxiales, soldadas y reforzadas con una transición tipo clema de cobre. Se fractura una pieza de polivinilo o se desgarra una camisa de aluminio que reforzaba una transición de coaxial a hilo eléctrico de 2,5mm. La vibración continuada es destructiva. Pero mas lejos aún, ¿es posible empeorar el asunto?
Veamos este corto video. Protagonista la vibración + salitre ambiental. Antena procedente de la zona costera mediterránea.
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