Ni que decir tienen que agradecemos la visita, colaboración y charla de nuestros visitantes, aunque esto último provocó que el desarrollo fuera menor que en otras ocasiones, empleamos 6 horas en lo que normalmente solemos tardar la mitad. De todas formas fue muy agradable el ir enseñando a estos amigos los pasos desde el cálculo de las medidas hasta el pulido, corte y perforación en algunas de las fases del montaje. Sentimos que no tuviésemos tiempo de tomar un café o té, que tan de moda está ahora, pero el tiempo era escaso y Jose aun tuvo que volver por la tarde.
La experiencia nos va posibilitando el incorporar pequeños detalles en el delicado proceso del montaje de los "botes" que hace mas resistente, si cabe, esas partes del dipolo. Por ejemplo, el operario de soldadura estuvo experimentando con las temperaturas de una nueva aleación de estaño que nos está resultando muy adecuada a los materiales que usamos. Otra variación que esta remesa incorpora es la mezcla del líquido dieléctrico, hemos variado los tiempos de maceración y reacción del bicomponente aumentando su elasticidad en frío. La reacción química de solidificación comienza desde su posición final, llegando a todos los recovecos internos, consumiendo el aire atrapado en burbujas a consecuencia de una reacción exotérmica que se potencia con ese posible oxígeno atrapado y que de otro modo no podríamos eliminar.
Quisimos mostrarle a la visita la precisión con la que trabajamos, siempre con milímetros de margen y desechando las piezas que no cumplen al detalle. |