Ya teníamos ganas de salir al campo, desde hacía semanas nuestra actividad se limitaba al taller para ir terminando los encargos pendientes. Sin duda la parte mas divertida es el momento de probar los inventos de los Cucos y la verdad es que buscábamos con ansiedad el momento de preparar los trastos y salir de las cuatro paredes que este pasado invierno nos ha tenido recluidos.
En la lista de trabajos, llevábamos probar varias bazooka, ajustar a baja altura a 6 metros diferentes configuraciones de dipolo en condiciones precarias
Con cielo nublado y una temperatura rondando los 23 grados, en dos horas hemos dejado todas las unidades listas para uso y hasta nos dio tiempo a comprobar rendimientos fuera de banda y realizar escuchas en frecuencias "Top Secret", comprobando las bondades de la Bazooka en su faceta primigenia de uso para recepción radar. ¡Una pasada de experiencia!
Las medidas fueron "domadas" como siempre, subiendo o bajando el vértice y cerrando o abriendo las bajadas.
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Nos entretuvimos jugando fuera de medidas y llevando al máximo las capacidades de ajuste de las antenas. |
Es increíble la capacidad de este tipo de antena para ser llevada a la zona de resonancia deseada, variando las condiciones de instalación. Es ideal para los manitas que les gusta experimentar.
Y como siempre, nuestra recomendación... Un dipolo no es una guitarra, no hay que tensar los brazos. La elasticidad es limitada y es preferible tenerla sin presión, que se meza con el viento. La absorción de esfuerzos no es buena. Si no puedes con tu enemigo, únete a el; un dipolo en movimiento está disipando, descargando tensiones.
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